El Sultanato de Omán, el más antiguo de los países árabes, es un rincón mágico donde tradición, cultura y naturaleza se unen en perfecto equilibrio.

Si algo caracteriza a este país es el desierto de arena roja... ¡y es que el desierto de Wahiba Sands es uno de los más extensos del mundo y sus dunas de arena roja pueden llegar a alcanzar los 100 metros de alto! En este árido paisaje siguen habitando diferentes pueblos beduinos, manteniendo vivas sus más antiguas tradiciones. Al mismo tiempo, sus wadis de aguas cristalinas y sus extensos palmerales se contraponen orgullosos a la sequedad del desierto que los envuelve, creando así contrastes espectaculares.

Un viaje a Omán ofrece también la oportunidad de visitar el santuario de tortugas de Ras al Jinz, donde miles de tortugas verdes (que pueden llegar hasta los 200 kg) acuden cada año a desovar, junto con otras especies de tortugas marinas.

La aventura también tiene cabida en el Sultanato, sobre todo en sus espectaculares montañas de Jebel Shams, lugar perfecto para los amantes del trekking.

¡Pero no todo es naturaleza en Omán! Podremos conocer también algunos de sus fuertes, como el fuerte de Bahla, hoy testimonio de una época de esplendor y riqueza pasada y declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, e incluso visitar la fábrica de perfumes Amouage, conocidos como "los perfumes más valiosos del mundo".

Viajar a Omán es, en definitiva, sumergirse en la tradición y descubrir caprichosas maravillas de la naturaleza.